Tu cuerpo ya tiene un sistema detox poderoso. Lo que sí necesita es que lo acompañes con nutrientes, descanso y movimiento. Una estrategia sin extremos reduce inflamación, mejora energía y estabiliza el ánimo.
Hígado
Proteínas adecuadas, crucíferas y cítricos favorecen las fases de detox hepático. Evita alcohol durante el proceso.
Riñones
Hidrátate con agua e infusiones. Limita sodio agregado y ultraprocesados. El color claro de la orina es un indicador práctico.
Intestino
La fibra soluble e insoluble alimenta tu microbiota y acelera el tránsito. Incluye legumbres, avena, semillas y verduras.
Sueño y estrés
El sueño profundo potencia procesos de reparación. La exposición matutina al sol y la reducción de pantallas nocturnas ayudan.
Movimiento
Caminar después de comer mejora la glucemia y la digestión. Añade movilidad suave y respiración consciente.
Apoya a tu cuerpo con constancia, no con castigos. Así el detox se vuelve una forma de vivir mejor.